Orban fue el principal artífice de la revolución húngara, y por consiguiente su desmembración de la antigua Unión Soviética.
El 16 de Junio de 1989, con motivo del entierro de los artífices de la anterior revolución, celebró un discurso donde incitaba a la misma y a la celebración de una libre votación democrática.
Demostró su brillante capacidad oratoria, a la altura de Adolf Hitler, quien ha sido el mejor orador que ha existido, por desgracia el mensaje de sus discursos no estaba a la altura de los mismos, siendo el detonante de la mayor matanza de la historia.
Ver un discurso de Orban es asistir a toda una lección de cómo manejar a las masas, alentarlas, aunque no entiendas húngaro, una extraña sensación de admiración te recorre todo el cuerpo.
Dicho discurso marcó un hito dentro de la historia del país, logrando la salida de las tropas soviéticas de Hungría.
En las pasadas elecciones generales, se presentó como alternativa al poder para sacar a su país de la crisis en la que se encontraba sumergido.
La población, en un gesto de agradecimiento hacia todo lo que su figura representa, lo eligió como nuevo Primer Ministro de la República de Hungría.
Cuando Orban llega al gobierno el país se encuentra en recesión, ayudado por el Fondo Monetario Internacional. Es por ello que se vio obligado a tomar unas medidas de dudosa credibilidad pero de indudable eficacia.
Algunos se olvidan que la permisividad o decencia de las medidas no van estrictamente unidas a su eficacia, o dicho de otro modo, las medidas tomadas por Orban dejaban sin ayudas al sector público y una paga de jubilación insuficiente para vivir.
Los ciudadanos están obligados, en épocas de crisis, a decidir si desean someterse o llevar la iniciativa.
Bien es cierto que la historia nos ha demostrado que prefieren ser sometidos, es por ello que los partidos derechistas o ultra nacionalistas salen elegidos en estos momentos.
Hungría ha mejorado su PIB, aunque continúan en recesión, pero a costa de la libertad de decisión de su pueblo, al cual no se le permite leer prensa extranjera o algún tipo de información que no haya pasado anteriormente por el filtro del Fidesz, debido a la famosa 'ley mordaza' que le otorga al gobierno el poder de acabar con toda aquella información que pueda alterar el orden público, o dicho de otro modo toda aquella información que abra los ojos a sus ciudadanos y les permita formarse una opinión propia.
Desgraciadamente Viktor Orban, quien podría haber sido un magnífico gobernante, decidió optar por el sometimiento de la nación a una especie de 'ley de silencio', atentando así contra el derecho del ser humano a pensar libremente.
El Mundo es complejo, mientras Egipto lucha por su libertad, Hungría se somete a un líder que les promete estabilidad a costa de sus libertades y una creencia ciega.
La 'ley mordaza' es un virus que se extiende por todo el mundo, cada vez son más los países que la han incorporado a su legislatura, Venezuela o Italia entre otros, curiosamente todos ellos gobernados por líderes autoritarios y de dudosa decencia política.
El objetivo de este tipo de política se podría resumir con una sola frase:
Vota y calla.